Una mujer, cansada de estar siempre sola mientras su marido trabaja hasta tarde, decide comprar un animal para que le haga compañía.
Al final, en la tienda se decide por un loro pensando que podía divertirse escuchando hablar al loro y además requiere menos cuidado que, por ejemplo, un perro o un gato.
Cuando se decide por uno de los loros expuestos en la tienda, el dueño del local le advierte que antes el animal vivía en un prostíbulo y estaba acostumbrado a decir todo tipo de groserías.
La mujer piensa por unos instantes, pero al final decide llevárselo pensando que, a pesar de las palabrotas, podría divertirse con él.
Al llegar a su casa, la mujer instala la jaula del loro en el comedor y el animal examina con detenimiento su nuevo hogar, mira a su nueva propietaria de arriba abajo y le dice: Nueva casa, nueva madame.
La mujer se ríe y se va a hacer la cena.
Al rato, llegan las hijas del colegio y el loro al verlas dice:
-Nueva casa, nueva madame, y nuevas chicas.
Aunque al principio les sorprende, luego les hace mucha gracia y se ríen pensando que es un inocente lorito.
Al rato llega el marido y cuando el loro lo ve le dice: Nueva casa, nueva madame, nuevas chicas, pero las mismas caras de siempre, ¿cómo va eso Pepe?
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